SOLEMNE MISA DE ACCIÓN DE GRACIAS CON MOTIVO DEL DXXV ANIVERSARIO FUNDACIONAL.
La Hermandad de la VeraCruz y Caridad de Brenes celebrara el proximo Domingo Misa de Accion de Gracias con motivo del DXXV ANIVERSARIO FUNDACIONAL en la Parroquia de la Villa de Brenes a las 20:00h. Presidida por el Excmo Rvdmo. Sr. D. José Asenjo pelegrina (Arzobispo de Sevilla).
El Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Caridad y Ntra. Sra. de los Dolores en su Soledad el pasado Viernes Santo.
La Hermandad de la Vera Cruz y Caridad es la más antigua, así como la más numerosa de la villa de Brenes, siendo fruto de la fusión de las dos primitivas cofradías penitenciales de la localidad, La Ilustre Hermandad y Cofradía de nazarenos de la Santísima Vera-Cruz y Caridad de Nuestro Señor Jesucristo y de la Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santo Entierro, Cristo Resucitado y Ntra. Señora de la Soledad, tomando su antigüedad de la primera, la cual tuvo su inicio como asociación Piadosa en torno a 1470, tras la construcción del Templo Parroquial de Santa María de la Inmaculada Concepción, donde fue erigida canónicamente en 1.490, con la aprobación canónica por el Ilmo. Sr. Cardenal D. Diego Hurtado de Mendoza, Arzobispo de Sevilla y Señor de Brenes, bajo el título de Cofradía de la Santísima Vera Cruz y Caridad de Nuestro Señor Jesucristo, siendo los fines primordiales de la Hermandad rendir culto a la Santa Cruz, siendo ésta un crucifijo de madera dorado, sustituida en el culto principal del Templo, por la primitiva imagen del Señor, y las obras asistenciales, siendo orientados espiritualmente por la Congregación Franciscana del Convento de San Francisco del Monte (Villaverde del Río), los cuales recibían a su vez donativos de los hermanos y del Pueblo de Brenes para el sostenimiento de su comunidad, consistente en un tributo anual de 408 maravedíes.
Este espíritu de Caridad, desde sus orígenes, ha estado presente en la Hermandad como lo recoge su título, basando sus funciones asistenciales en el enterramiento de sus hermanos y pobres de solemnidad, mandando el Capítulo XIX de la Regla “que estando algunos de nuestros hermanos o algún pobre de nuestra casa hospital enfermo de último cuidado, el Mayordomo y Prioste sean obligados de buscar un confesor que le asista, sin faltar de su cabecera. Los hermanos están obligados de asistir al entierro del hermano y encender velas. Manda igualmente, que después del entierro se le diga una misa en el altar del Cristo”, estando estos hechos recogidos desde fechas muy tempranas en el Archivo Parroquial de la Inmaculada Concepción, en los libros registro de Defunciones especificando los maravedíes y reales pagados por decir misa a los hermanos difuntos; en concreto entre los años 1.602- 1.609, “misa cantada y rezada por los hermanos difuntos de la Vera-Cruz”, realizando también una misa cada mes del año, misas por los hermanos difuntos durante el mes de Mayo, y el Domingo siguiente de la festividad de la Santa Cruz se hacía un aniversario de vigilia con misa cantada y procesión de responso por alrededor de la iglesia, siendo su fiesta principal la Festividad de la Santa Cruz, el día 3 de Mayo, celebrándose misa cantada, Sermón y Procesión de la Santa Cruz.
Al mismo tiempo que esta labor por los hermanos difuntos, en el siglo XVI se funda en nuestro pueblo un hospital por Antón Camacho y dotado con un olivar para su sostenimiento por Sebastián Pérez, que fue agregado por la autoridad eclesiástica, tomando como advocación el de Hospital de la Piedad, estando situado junto a la iglesia, en el actual número 1 de la calle Cuadra y González, siendo su misión la de dar cobijo a los pobres y mendigos que recorrían los caminos, además de atender a los necesitados que acudían a su puerta.
En el año 1.755 la imagen del Cristo de Vera Cruz tuvo que trasladarse a la Ermita de San Sebastián, que sirvió de Parroquia mientras se hizo la gran obra de renovación de la iglesia de esta villa a cargo del Excmo. Cardenal Solís, Arzobispo de Sevilla, a causa del terremoto de Lisboa, destacando que en el día de su estreno, el 8 de diciembre de 1.758, la hermandad celebró e hizo una Función Solemne del Excmo. Señor Manifiesto para colocar el Santísimo Sacramento en ella. También se realizó el traslado del Santísimo Cristo, desde la Ermita de San Sebastián a la recién renovada Iglesia, colocándolo en su altar que estaba situado en la nave del Evangelio, estando formado por una cenefa de madera dorada, de la cual colgaba un velo de gasa blanco, teniendo en la mesa del altar un lienzo blanco con un frontal de Damasco verde, cuatro candelabros de madera de color verde con perfiles dorados y atril del mismo color, su cruz sacra y un evangelio para su uso en el altar y estaba alumbrado por una lampara de aceite que colgada del techo, realizada por D. Julián, Maestro mayor Farolero de la Casa Arzobispal de Sevilla..
En el año 1.759, los cuarenta y un hermanos con que contaba la hermandad, reunieron trescientos cuarenta y cuatro reales para costear las nuevas reglas, que de nuevo se instituyó por haberse perdido las primitivas, siendo aprobadas el 29 de Abril de 1.760, por el Provisor del Arzobispado, Don José Aguilar y Cueto.
Por entonces se realizaba la procesión penitencial el Jueves Santo, bien por la tarde o por la noche. Como preparación a la procesión, todos los hermanos menores de 60 años aunque no realizaban estación de penitencia con las sagradas imágenes, estaban obligados a participar en diversos actos litúrgicos y devocionales.
Después del sermón se procedía al lavatorio de hermanos, entre los más antiguos, en conmemoración a la que el Señor realizó con los Apóstoles en la Sagrada Cena. Después solía tener lugar el canto de tinieblas y una plática de disciplina, especialmente dedicada a los hermanos de sangre, tras la cual daba comienzo el desfile procesional. Este lo presidía el Estandarte, que era de damasco verde con una cruz pintada, sus flecos correspondientes y cordón de seda con borla, acabada la punta con una cruz de plata. A continuación y en dos filas los hermanos de luz con hachas de cera o cirios, en menor número que los hermanos de sangre que procesionaban por el centro flagelándose, casi siempre con un manojo de rodezuelas, imitando los azotes recibidos por Jesucristo en su pasión.
Al final iba la imagen del Cristo portada en parihuelas por los hermanos y detrás las mujeres, que no podían participar en la procesión. Al regreso a la Iglesia, los hermanos de sangre se curaban las heridas en unos lebrillos con vino que se ponía en la casa hospital.
En 1.790, el Real y Supremo Consejo de Castilla, aprueba las Ordenanzas con el Título de “Ilustre Hermandad y Cofradía de Nazarenos de la Santísima Veracruz y Caridad de Nuestro Señor Jesucristo”.
La Fervorosa Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santo Entierro, Cristo Resucitado y Ntra. Señora de la Soledad tuvo sus orígenes a mediados del Siglo XVI, en estrecha relación con la popular devoción a María Santísima en su Soledad y con el origen del Sermón de Pasión.
La primera documentación completa que tenemos de esta cofradía está fechada en 1.602 y abarca los primeros años del Siglo XVII, donde se nos presenta una Hermandad fuerte, con gran número de hermanos y con cierto poder económico, destacando por tener en nómina a algunas mujeres.
Las actividades habituales de la hermandad están recogidas expresamente y así sabemos que durante la Cuaresma tenía dos días grandes, por un lado el Viernes Santo, en el cual se celebraba el Sermón de Pasión y la procesión con el Santo Sepulcro y la Virgen de la Soledad. Y el otro gran día era el Domingo de Resurrección, de marcado carácter litúrgico, aunque la hermandad adquirió en este siglo XVII una imagen del Señor Resucitado, de la que no hay constancia que realizara procesión alguna en este día. También celebraban durante el mes de Julio sus misas de difunto y en Agosto la Festividad de la Asunción, símbolo inequívoco de la devoción a María.
Ambas Cofradías (Vera-Cruz y Soledad) se fusionaron en la primera mitad del siglo XIX. Pese a la fusión, se mantienen los dos días de salida procesional semejantes al pasado, excepto el Jueves Santo, que añade a María en su Soledad. Y en los Santos Oficios, el Jueves Santo se mantiene el acto del Lavatorio de los pies y el Viernes Santo, se realiza el Sermón de Pasión, la ceremonia del descendimiento, y el traslado a la urna, donde participa el cortejo simbólico, que ha llegado hasta nuestros días de las Santas Mujeres: María Salomé, María Cleofás y María Magdalena.
A partir de esta fusión las hermandades de Vera-Cruz y Soledad gozan de gran vitalidad y va tomando los rasgos que la definen actualmente. El desfile procesional se complementó con la representación de la Fe y la Verónica. Los nazarenos vestían túnicas como las actuales, teniendo un color para cada día. Así el Jueves Santo los nazarenos vestían túnica y capa blanca, antifaz de raso verde y cíngulo y botonadura verde y el Viernes Santo lo hacía con túnica blanca, antifaz y capa negra, y cíngulo y botonadura negra. En ambos días la organización de la cofradía era la misma, iba abriendo marcha la Cruz de Guía, seguida de dos filas de nazarenos, cada día con su túnica correspondiente, por el centro iba el Estandarte de color verde el Jueves y de seda negra con tapa grana el Viernes, después iba el Simpecado y cuatro varas y los correspondientes pasos. Iba también, la trompeta de metal, que servía para anunciar la muerte de algún hermano, y se tocaba durante la procesión.
Ntra. Sra. de la Soledad, desaparecida en 1936.
Así estuvo procesionando hasta el 2 de Mayo de 1.936 en que fueron quemadas nuestras imágenes titulares y enseres, durante una revuelta popular previa al comienzo de la guerra civil. La Hermandad quedó en precario, manteniendo un tiempo de letargo, funcionando en la clandestinidad, cobrando alguna que otra cuota de hermano, hasta que el 5 de Abril de 1.942 varios hermanos de la Junta de Gobierno se reunieron en la Casa Rectoral con el entonces párroco, D. Antonio Montero Gordillo, decidiendo potenciar de nuevo su actividad propia. El 3 de Mayo de 1.942 celebra de nuevo la fiesta de la Santa Cruz organizando una romería que estaba presidida por el Estandarte de la Hermandad y que se mantiene hasta finales de los años 50. En la Semana Santa de 1.943 vuelve a realizar los dos días de estación penitencial con nuevas imágenes, efectuando la procesión del Santo Entierro por última vez el Viernes Santo de 1.957, quedándose desde entonces la cofradía como actualmente se conoce.
En el año 1.990, con motivo de la celebración del V Centenario de la Fundación de la Hermandad, su Majestad el Rey D. Juan Carlos I, acepta el nombramiento de Hermano Mayor Honorario y Perpetuo de nuestra Hermandad y su Majestad la Reina, Dña. Sofía el de Camarera Mayor Honoraria y Perpetua. Igualmente, su Santidad el Papa, Juan Pablo II, otorga la Bendición Apostólica a todos los hermanos. El Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo, preside la misa de Clausura de los actos conmemorativos, y en la procesión extraordinaria que se realiza con nuestras imágenes portadas en el paso de Cristo, la hermandad recibe de manos del Sr. Alcalde, D. José Rincón Rodríguez, la primera Medalla de Oro del Pueblo de Brenes, concedida por el Excmo. Ayuntamiento en pleno.
El 25 de Febrero de 1.997 fue bendecida nuestra actual Casa-Hermandad por el Arzobispo de Sevilla, Fray Carlos Amigo Vallejo, presidiendo la misa de Acción de Gracias por la terminación de la obra.
El día 20 de Junio de 1.999, el Abad del Monasterio de Santo Domingo de Silos, Fray Clemente Serna González, confirma uno de los sueños de la Hermandad concediendo una teca o reliquia del Santo Lignum Crucis.
El Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Caridad, previo al Solemne Traslado a su paso procesional el Lunes de Pasión.
Nuestra primitiva imagen del Santísimo Cristo de la Vera Cruz databa del año 1.500, según consta en el Archivo de Palacio Arzobispal, siendo una talla de pasta de madera que lucía una larga cabellera de pelo natural recogida por una cinta morada acabada con encajes de oro, una corona y tres potencias de plata y un sudario postizo de lienzo blanco, siendo de autor desconocido, estando situada en la nave del Evangelio, hasta que fue quemada en la plaza en la rebelión del dos de Mayo de 1936.
El Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Caridad en el altar del quinario.
La actual imagen del Santísimo Cristo de la Vera Cruz y Caridad fue realizada por el Escultor D. Rafael Barbero Medina, talla de cuerpo entero incluido el sudario en madera de cedro, estofado y policromado, siendo bendecida el 15 de Marzo de 1970, a las ocho de la tarde. En el año 2011 fue restaurado por Enrique Gutierrez Carrasquilla, quien acometió una limpieza y fijación de las partes que conforman su cuerpo así como una nueva cruz y nueva corona de espinas, devolviéndole a la Imagen su aspecto con el que se concibió
Ntra. Sra. de los Dolores en su Soledad.
Nuestra Amantísima Titular, la Santísima Virgen de los Dolores en su Soledad aparece en nuestro pueblo a fines del S. XVI bajo la advocación de Virgen de la Soledad, con características de la escultura tardo-medieval. No tenemos tampoco noticias de donde procedía, ni el autor de su talla. Sufrió las mismas consecuencias que el Cristo en la Plaza, contando solamente con algunos documentos fotográficos.
Ntra. Sra. de los Dolores en su Soledad en besamanos.
La actual imagen, fue donada en 1939 a la hermandad por Don Alberto Ramírez Fito, que era su propietario, para sustituir a la desaparecida. Es una talla de candelero, anónima, del siglo XVIII que sufrió una restauración por Don Sebastián Santos, posteriormente por Don Rafael Barbero Medina en 1977, por Dr. D. Arquillo Torres Francisco en el año 2002 y por ultimo fué restaurada por Enrique Gutierrez Carrasquilla en Agosto del año 2013, pasando a ser medico de cabecera de Nuestras sagradas Imágenes.
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